viernes, 29 de marzo de 2013

Salt & Pepper

Que así se deben llamar estos dos artilugios que de forma muy simpática sirven para facilitar pasar la sal o la pimienta en la mesa, todo sin incurrir en maleficios por dal la sal en la mano. Son de motor manual, con lo que no gastan energía, y además el depósito tanto de sal como de pimienta no permite a los hipertensos pasarse de la raya.


Pero lo más curioso de estos dos pequeños acompañantes no es su diseño futurista "clásico, ni sus falsos ojos de visión térmica, siquiera el marcador de energía del pecho, que es solamente decoración. En su interior, estos pequeños encierran un pequeño motor, que les permite con la energía almacenada en un resorte solucionar en pocos pasos el problema en las mesas grandes cuando alguien de los sentados a comer dice eso de: "¿me acercas la sal?"

Con poco trabajo de cuerda conseguiremos que el motor funcione, y bastará con dirigir hacia el interesado el robot adecuado y ...

Felizmente llegará a destino hasta su siguiente misión.

Impresionado por semejante mecanismo no pude por menos que investigar cómo funciona el artilugio, e intentar descifrar el sistema de alta tecnología que encierra.

Como los secretos del mecanismo se guardan celosamente evitando la posibilidad de ver el mismo sin romper definitivamente el robot, nos tendremos que contentar con ver sólo el receptáculo para almacenaje de la sal y su orificio de salida.



Y una vista latero-frontal del movimiento de los pies mecánicos.


Un avance más de la ingeniería llevado a la cotidianidad. Gracias a mis amigas por el regalo de cumpleaños.¡Me encanta!

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